Ubicado en pleno corazón del Barrio de Chueca en Madrid, esta focacceria se presenta como una puesta muy urbana relacionada con los mercados centrales de Milán o Roma, el local tiene una estética industrial, con una barra muy próxima al acceso ya que al tener un formato “take away” el cliente no permanece en el local.
La barra es la pieza principal del espacio ya que por solicitud del cliente debía ser importante para mostrar los productos (embutidos y lácteos) de elaboración artesanal de la propia marca, por otro lado el juego de textura entre el metal y la madera juegan un rol importante para crear balance con todo el espacio revestido hormigón.